El gobernador Ricardo Quintela inauguró una nueva etapa del proyecto turístico y cultural El Saladillo

El gobernador Ricardo Quintela dejó formalmente inaugurada una nueva etapa donde se asienta la Estancia Saladillo y que contiene un valioso patrimonio histórico, turístico y arqueológico, además de la belleza única del paisaje, último segmento en el país de la Yunga boliviana.

Esta nueva etapa de obras incluyen cartelería informativa e indicativa, nuevos senderos para recorrer el predio, estacionamiento para el público, refugio para guías turísticos, portal de ingreso y el descubrimiento de las esculturas hiperrealistas construidas por el prestigioso Estudio Pugliese, que recrean la vida de los esclavos y sacerdotes que habitaron esta estancia jesuítica en el siglo XVII.
En su mensaje, el gobernador Ricardo Quintela reivindicó la labor que viene realizando todo su equipo de trabajo a la vez que mencionó que «están avanzadas las obras en Tamberías del Inca, el Centro de Interpretación en Santo Domingo y se trabajó en el Sitio Arqueológico de Hualco, lugares donde hay un pedazo de nuestra historia y que la ponemos en valor para que sea vista primero por las y los riojanos y también por quienes pisan este bendito suelo riojano».
En contacto con los medios afirmó que «después de mucho trabajo, durante dos años y medio, hoy podemos inaugurarlo formalmente aunque aún restan concretar otras etapas. Esto es un anticipo mínimo de lo que se está haciendo en materia de turismo y culturas».
«Queremos que quienes visitan La Rioja puedan conocer sus orígenes, con un relato detrás que va de la mano del trabajo del arquitecto Giuliano y que es transmitido por los guías turísticos que se capacitaron y a lo que se suman las figuras (esculturas) que se lograron realizar con un realismo muy importante que permite una explicación visual de lo que fue la historia antigua de los esclavos y de los juesuitas en La Rioja hasta 1776 cuando fueron expulsados en diversas partes del mundo y donde esta provincia no fue la excepción», agregó.
Asimismo, el gobernador enfatizó que «tenemos turismo para explotar nuestras bellezas naturales, pero también turismo vinculado con la historia de La Rioja, en este caso se vinculan ambos. Este es un lugar maravilloso en el que hay que seguir invirtiendo siempre preservando el ambiente y sin que se altere su geografía y la naturaleza propia de El Saladillo».

Tinkunaco de riojanidad
A su turno, el secretario general de la Gobernación, Armando Molina, recordó que «hoy no es un día cualquiera para la riojanidad porque hace 430 años sucedió el Tinkunaco. Riojanidad, transformación y consenso social es la triple filosofía que nos identifica porque más allá de las diferencias -que hubo muchas entre riojanas y riojanos- somos esto y debemos reivindicarnos en un verdadero tinkunaco».
«Yo me abracé a una fe y a una ilusión con Ricardo, con mi amigo, juntos estamos construyendo esta Rioja que soñamos. Siempre que nos acercamos a un logro la utopía se aleja porque los sueños son nuestro límite. Soñamos este tinkunaco, esta Rioja para que todos y todas vivan en paz, expectantes, con ganas. Trabajemos con fe y esperanza porque hay una Rioja que nos espera y somos capaces de construirla», aseguró.
El ministro de Turismo y Culturas, Gustavo Luna, señaló que «la propuesta que hizo Ricardo en 2019, previo a la pandemia, de poder recuperar e identificar todos los sitios patrimoniales con gran potencial para la provincia de La Rioja en materia de turismo y de las culturas, fue todo un desafío».
Comentó que la puesta en valor de El Saladillo surgió por una iniciativa del secretario general de la Gobernación, Armando Molina, y de las investigaciones realizadas por el arquitecto Juan Carlos Giuliano y que por una decisión del gobernador Ricardo Quintela se dio marcha al proyecto. «En cada cosa que emprendemos hay una matriz de desarrollo, un plan de desarrollo en materia turística y cultural. Este un lugar con un potencial enorme», concluyó.

Sobre el lugar
La estancia La Saladilla fue durante el período colonial una de las unidades productivas destinadas al sustento económico del Colegio Jesuita de La Rioja, las otras eran Huaco, Nonogasta, Cuchiaco y Serrezuela. Formaban parte de esta estancia los potreros y aguadas de El Duraznillo y Las Cañas.
El nombre proviene de las vertientes de agua hipotemales que afloran en el lugar a unos 30ªC, muy mineralizadas, aptas para consumo pero que tienen un sabor característico.Los terrenos de la estancia fueron repartos coloniales de las tierras habitadas por los pueblos originarios.
Luego de la expulsión de la Orden (1776) pasaron a pertenecer a la familia Bustos quienes cambiaron su nombre por El Saladillo, al considerar poco honorable un establecimiento con nombre femenino. Era el auge de las familias patriarcales de la generación del 80.
La última dictadura cívico-militar-eclesiástica de 1976 destinó el lugar a entrenamiento de las fuerzas represoras, y quizás a Centro Clandestino de Detención.
En 2020, el Gobierno provincial decidió recuperar y poner en valor tanto los restos materiales como el paisaje natural, protegiendo la Yunga y su fauna.