Sin dudas, el punto más alto de este recorrido de 114 kilómetros por la Ruta 40, entre Nonogasta y Villa Unión, es el sorprendente paisaje que ofrece el tramo que va de Alpasinche a Guandacol, denominado Cuesta de Miranda. Es un camino tallado en la falda de la sierra del Famatina, la de mayor altura del mundo, con 6200 metros, que presenta numerosas curvas (son alrededor de 400) e impactantes paisajes a cada paso.
Dos «Top 10 de la Ruta 40» están en La Rioja: Talampaya y la Cuesta de Miranda.
La parte más alta, en la cual se obtienen las vistas más imponentes, es de unos once kilómetros, a no más de dos mil metros de altura, por los cuales el camino bordea la ladera que cae hasta el río Miranda, que serpentea por angostas y profundas quebradas.
Buena parte del recorrido es por caminos de cornisa, con pronunciadas curvas y barrancos que hacen más atractivo el paseo. Desde sus muchos miradores se pueden observar notables fenómenos geológicos, como las estratificaciones de rojo profundo con formas sorprendentes, los siempre presentes cardones, águilas y cóndores.
En esta región, la Ruta 40 sigue un trazado antiquísimo basado en el paso natural que los pobladores originarios utilizaron para transitar entre las sierras. El Camino del Inca, ruta histórica del imperio incaico, coincide en varios tramos y hoy en día se pueden encontrar restos bien mantenidos del mismo.
Este camino va enhebrando pequeños pueblos con particular encanto, como Los Tambillos, Las Trancas, Las Higueritas y Aicuña. En invierno puede nevar y en verano son habituales las lluvias torrenciales, por lo que es conveniente tomar recaudos.